SAINT PAUL, MN
Christopher García nunca imaginó que trabajaría en la Casa Blanca. Luego, compró un DVD del programa “The West Wing” y quedó enganchado.
“Voy a llegar allí algún día”, recuerda García haber pensado en ese momento. “No sé cómo va a suceder, o qué voy a hacer, pero seré yo”.
En una década, se graduó de la Mitchell Hamline Law School en 2016 y fue uno de los primeros 100 designados por el presidente Biden en 2021, siendo nombrado asesor principal de asuntos legislativos en la Oficina de Asuntos Legislativos de la Casa Blanca. Un año después de la toma de posesión de presidente, García reflexiona sobre su viaje que comenzó, posiblemente, en un restaurante Jimmy John’s.
El hombre de 36 años no asistió a la universidad inmediatamente después de la secundaria; era gerente general en una de las tiendas de la cadena de sándwiches. Allí ganó experiencia y motivación; fue a la universidad a los 20 y se graduó como el mejor de su clase. Fue entonces el primero en su familia aceptado en la facultad de derecho. “Mitchell Hamline siempre tendrá un lugar importante en mi corazón”.
Poco después de graduarse de Mitchell Hamline en 2016, García regresó a San Antonio, donde creció, para trabajar en la campaña del exrepresentante federal Pete Gallego. El personal de campaña a menudo es contratado para trabajar para los candidatos después de una victoria electoral, lo que hizo que García pensara en un posible traslado a Washington. Pero Gallego perdió la carrera.
Aun así, García todavía quería mudarse a DC e hizo las maletas (y los ahorros de toda la vida). En Washington, durmió en el sofá de un amigo, ¡un compañero de clase de Mitchell Hamline! – mientras busca trabajo. Después de varias entrevistas, finalmente le ofrecieron a García una pasantía no remunerada. Al aceptar el trabajo, García se preguntó: “¿Cuánto quieres este sueño?”
La pasantía finalmente condujo a trabajos con la senadora de Minnesota Amy Klobuchar; la congresista Deb Haaland, quien ahora es secretaria del Interior; el equipo de transición Biden-Harris; y finalmente, un nombramiento en la administración del presidente Biden en 2020.
García recuerda vívidamente haber recibido la llamada para trabajar en la Casa Blanca. “Pensé en los sacrificios que hizo mi madre soltera para traerme aquí”, dijo. “Pensé en mi cultura y en cada persona mexico-americana que ha venido a este país y ha tratado de hacer otra vida para sus hijos”.
García ha pasado el año trabajando con miembros del Congreso para aprobar las prioridades de la administración, incluido un proyecto de ley de alivio del coronavirus de $1.9 billones y un proyecto de ley de infraestructura que se aprobó con apoyo bipartidista.
Ahora que García está trabajando diariamente en el trabajo de sus sueños junto con miembros del Congreso y el presidente, quiere más representación de todas las culturas y géneros.
“Es importante para mí porque soy un engranaje en la rueda que puede abrir camino a un cambio, así que cuando tenga 80 o 90 años, habrá un mayor porcentaje de personas de color al más alto nivel de nuestro gobierno”.
García dice que todavía está asombrado de trabajar en la Casa Blanca. Su oficina está en el ala este, a pocos pasos del ala oeste que lo inspiró en la pantalla chica.
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