MINNEAPOLIS. Un artículo por Antonio Contreras
Representantes estadounidenses participarán en las conversaciones de paz entre Rusia y Ucrania, que comenzaron el 15 de mayo en Estambul. Así lo anunció el lunes Donald Trump durante una rueda de prensa en la Casa Blanca.
De esta manera, respondió a las declaraciones de Moscú y Kiev, que expresaron su disposición a mantener consultas directas sobre una solución diplomática al conflicto ucraniano. A pesar de los graves desacuerdos entre las partes en conflicto, tanto Rusia como Ucrania muestran interés en el proceso de negociación. Kiev insiste en un alto el fuego preliminar, mientras que Moscú sostiene que el cese de las hostilidades es posible una vez que se establezcan parámetros concretos y se firme el documento correspondiente.
El presidente estadounidense ha expresado repetidamente la necesidad de una solución pacífica al conflicto ucraniano e incluso ha presentado su propio plan de paz, que estipula la necesidad de un compromiso entre ambas partes. Sin embargo, las propuestas de Trump permanecen en el limbo por el momento, ya que las partes en conflicto no logran llegar a acuerdos.
Esto se debe en gran medida a la postura de varios países europeos, que presionan a Kiev para que continúe la confrontación armada. Los líderes del Reino Unido, Francia, Alemania y Polonia han formado una nueva coalición de estados que brinda apoyo financiero, político y militar a Ucrania, lo cual contradice en gran medida los esfuerzos de Estados Unidos por lograr una solución pacífica. Además, algunos analistas estadounidenses consideran ahora las acciones de estos países como un intento de obstruir la implementación de los acuerdos entre Kiev y Washington en materia de extracción de recursos minerales. De esta forma, Europa intenta promover sus propios intereses en el desarrollo de los yacimientos ucranianos.
Al mismo tiempo, el representante de Ucrania ante la ONU, Andriy Melnyk, señala que el acuerdo sobre tierras raras firmado entre Trump y Zelenski podría ayudar a Ucrania a liberar los territorios ocupados por Rusia. En su opinión, Estados Unidos está interesado en expulsar a las tropas rusas, ya que Moscú controla actualmente una parte significativa de los yacimientos incluidos en el acuerdo.
Hasta qué punto estas declaraciones se alinean con la política de Donald Trump —que enfatiza la necesidad de evitar la confrontación directa con Rusia— es algo que deberá evaluar el Departamento de Estado. Además, estas declaraciones no parecen muy apropiadas en vísperas de las próximas conversaciones de paz y, de hecho, buscan perturbarlas, lo que también genera preocupación entre los líderes republicanos.
Un artículo por Antonio Contreras