SAINT PAUL, MN. Por Mike Moen
Minnesota y la nación están sintiendo el peso emocional de violencia política después del asesinato este fin de semana de un importante legislador estatal demócrata y el ataque de un colega legislador.
La representante Melissa Hortman, demócrata por Brooklyn Park, quien se desempeñaba como presidenta de la Cámara de Representantes de Minnesota, fue asesinada dentro de su casa junto con su esposo. En el cercano suburbio de Champlin, el senador John Hoffman, demócrata por Champlin, y su esposa también resultaron heridos por disparos. La policía afirma que los tiroteos tuvieron “motivaciones políticas”.
Los incidentes siguen una tendencia de violencia política que comenzó con el ataque incendiario de esta primavera en la mansión del gobernador de Pensilvania.
David Schultz, profesor de ciencias políticas en la Universidad Hamline, dijo que el estado de ánimo actual refleja de alguna manera la violencia hacia líderes prominentes vista en la década de 1960.
“Una vez que la violencia empieza a ocurrir, la gente se acostumbra a ella o se convierte en parte del juego”, explicó Schultz. “Ahí es donde parece que estamos degenerando ahora mismo”.
Los sucesos se producen tras el intento de asesinato del presidente Donald Trump el año pasado durante la campaña electoral, junto con el aumento de las amenazas contra los trabajadores electorales. Schultz señaló que, en una democracia sana, las papeletas, las elecciones y otras herramientas de participación resuelven las diferencias, no la violencia. Le preocupa que los ataques disuadan a los funcionarios electos de dialogar con los electores y limiten las reuniones públicas.
Schultz señaló que la sociedad se ha acostumbrado a un estilo de vida más aislado, señalando los hábitos de compra y la decisión de algunas personas de vivir en zonas aisladas de quienes tienen opiniones diferentes. Para empeorar las cosas, añadió, los mensajes políticos difundidos a través de las redes sociales alimentan la desinformación y la radicalización.
“La falsedad se propaga más rápido y con mayor profundidad que la verdad”, observó Schultz. “El relativo anonimato o la distancia que ofrecen las redes sociales también incitan a la gente a radicalizarse. En resumen, esto nos lleva a una parte de la fórmula de la situación actual de nuestra sociedad”.
Schultz agregó que no es optimista. tensiones aumentadas y la violencia política terminará pronto.
Dijo que hay indicios alentadores de que los votantes más jóvenes no adoptarán la política identitaria ni demonizarán a sus oponentes políticos, pero cree que los patrones han cambiado, lo que retrasa el retorno a un tono político moderado.
