SAINT PAUL, MN
Mayo 15, día del maestro en México, y, coincidentemente, en los Estados Unidos este año (primer martes del mes de mayo). Un día para recordar y agradecer a quienes han servido como mentores y han invertido su tiempo y sus conocimientos para contribuir en nuestro crecimiento intelectual, y profesional.
Sin embargo, en los Estados Unidos, prevalecen serias discrepancias en la forma en la que los estudiantes de diversos grupos étnicos, culturales y raciales, son educados. Sin duda ello no es culpa de los maestros. Es parte de un asunto mucho más complejo, que se asocia con condiciones de vida. Vida que está determinada por múltiples factores, sobre todo de carácter socioeconómico y de vivienda.
En particular, para los estudiantes latinos en el país, y con mayor evidencia en algunos estados, la posibilidad de desarrollarse y alcanzar metas académicas y profesionales, se ha visto limitada. Para muchos, la limitación del idioma es crucial; para muchos otros, la herencia hispana, latina, es determinante. De tal suerte que incluso los mismos maestros establecen limitaciones para el desarrollo de los estudiantes que acuden a las escuelas con apellidos latinos. Ello es más evidente a partir del momento en que se ingresa al nivel medio superior, y se agudiza al momento de ingresar, si se logra, a estudiar una carrera profesional.
De acuerdo a un estudio reciente de Pew Research, los estudiantes latinos carecen de elementos para desarrollar un sentido de pertenencia, no digamos de orgullo, por una identidad cultural que les vincule con su herencia cultural. En la mayoría de los casos, los estudiantes de niveles medio superior y superior, se esfuerzan en ser aceptados por la mayoría cultural (blancos y afroamericanos), antes de procurar rescatar una identidad étnica y cultural.
Esos jóvenes de origen latino, muchos quienes han nacido en los Estados Unidos, han, sin embargo, desafiado la noción de la asimilación gradual dentro de la cultura estadounidense, generando una nueva identidad. Una forma de expresión cultural que acarrea su propio pasado, y lo convierte en una forma distinta que busca su lugar en la sociedad.
Hoy, los estudiantes latinos en los niveles medio superior y superior, buscan mantener una liga con su pasado latino, y al mismo tiempo alcanzar los sueños de desarrollo económico y profesionales a los que se les han cerrado las puertas por múltiples razones.
Ante un panorama adverso, en el que los estudiantes latinos son invitados a conformarse con grados técnicos, de dos años de educación, muchos son hoy quienes buscan una mayor profesionalización, que les permita competir en un demandante mercado laboral.
De acuerdo con Pew, la tendencia muestra que los jóvenes latinos buscarán mayores espacios en programas profesionales de 4 o 5 años, con la ambición de ser médicos o abogados, ingenieros o profesores, con la idea de poder lograr un nivel de vida compatible con el “sueño americano” que motivó a sus padres. Aun cuando los indicadores muestran que los estudiantes latinos de high school y primeros años de educación superior se encuentran en desventaja ante estudiantes blancos y asiáticos (en promedio), existen evidencias que muestran una tendencia a cambiar dicho comportamiento, con un mayor número de estudiantes latinos solicitando ingreso en programas de licenciatura, no tan solo técnicos. Incluso, muchos son quienes comienzan en una institución de educación superior comunitaria, y cambian a una universidad o colegio con programas terminales profesionales.
La ruta no es sencilla, dado que las limitaciones socioeconómicas persisten, pero se espera que más y más estudiantes de origen latino encuentren vías para su incorporación profesional en el mercado laboral, pese a las condiciones que se notan mayormente adversas en el panorama político actual. Hacia el 2065, estima Pew, el crecimiento demográfico de este grupo poblacional será positivo para que los jóvenes mantengan su identidad cultural latina, y logren insertarse como un grupo notable en la sociedad. Ese año, indica un reporte de la organización, los latinos representarán el 25 por ciento de la población total de los Estados Unidos, y será entonces que la tendencia observada se revierta.
Se verán más médicos y abogados con rostros latinos sirviendo a las diversas comunidades del país.
