MINNEAPOLIS, MN.-
La Cumbre del G7 en Kananaskis (Canadá) concluyó este martes tras dos días de reuniones y un acuerdo unánime contra la escalada de las tensiones entre Israel e Irán, asunto que ha marcado el encuentro y que llevó al presidente estadounidense, Donald Trump, a regresar a su país tras la primera jornada.
Los líderes de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido se citaron el domingo con múltiples frentes abiertos y aparentemente sin un consenso multilateral a la guerra arancelaria de Trump.
Sin embargo, el intercambio de bombardeos entre Teherán y Tel Aviv como respuesta al ataque israelí a varias instalaciones nucleares y objetivos militares iraníes sí llevó a los mandatarios a la unanimidad.
Unanimidad sobre Oriente Medio
El G7 acusó a Irán de ser “la principal fuente de inestabilidad y terrorismo” en Oriente Medio y reafirmó su posición de que Teherán “no debe, bajo ninguna circunstancia, adquirir un arma nuclear”, a la vez que solicitó resolver la crisis y una desescalada que incluya un alto el fuego en la Franja de Gaza.
En la misma declaración conjunta, que parecía improbable y fue emitida tras la cena de trabajo que los líderes mantuvieron el lunes, el grupo acordó que “Israel tiene derecho a defenderse”.
El abandono de Trump
Los bombardeos entre Israel e Irán empujaron a Trump a abandonar el encuentro el lunes para viajar a Washington a reunirse con su Consejo de Seguridad Nacional mientras EE.UU. considera su entrada directa en el conflicto.
El líder republicano descartó que su regreso tuviera que ver con la negociación de un alto el fuego entre Jerusalén y Teherán y en su lugar ha pedido a Irán la “rendición incondicional” y ha advertido que aunque saben “dónde se esconde el llamado ‘Líder Supremo'”, “no va a eliminarlo (¡matarlo!), al menos no por ahora”.
La bronca de Lula
La segunda jornada de trabajo estaba destinada a los países invitados por Canadá: México, Ucrania, Brasil, Corea del Sur, Australia y Sudáfrica.
Al inicio de la sesión conjunta, y cuando el primer ministro canadiense, Mark Carney, se disponía a pronunciar las palabras de bienvenida, el presidente brasileño, Luis Inácio Lula da Silva, interrumpió para dirigirse a su equipo.
Carney intentó entender lo que Lula estaba diciendo en portugués con cierto enfado a sus colaboradores. En otras dos ocasiones, el primer ministro canadiense intentó retomar el control, entre la sonrisas del presidente francés, Emmanuel Macron. Pero Lula siguió mirando en dirección contraria y hablando con su equipo.
Finalmente se aclaró la situación: su aparato de traducción simultánea no funcionaba correctamente y el sonido era demasiado bajo para que el presidente brasileño pudiese entender a Carney.
El momento de Meloni y Macron
Las cámaras que retransmiten encuentros como estos siempre dejan imágenes clave de momentos distendidos entre los líderes. En esta, el más viral estuvo en manos del presidente francés, Emmanuel Macron, y la primera ministra italiana, Giorgia Meloni.
La italiana, que acostumbra a protagonizar escenas así por sus expresiones faciales, fue grabada mientras el francés le susurraba algo al oído que le hacía reaccionar con un gesto con los ojos que puede ser interpretado como sorpresa o hartazgo.
La firma accidentada
Además de la firma de la declaración sobre Oriente Medio, Trump aprovechó para formalizar el acuerdo comercial alcanzado con el Reino Unido, después de imponer a casi todo el mundo aranceles mal considerados “recíprocos”.
El estadounidense y el primer ministro británico, Keir Starmer, sellaron el pacto con un apretón de manos y una foto algo accidentada.
Cuando el neoyorquino fue a abrir la carpeta que contenía el documento, todos los papeles se cayeron al suelo. Fue Starmer quien se agachó a recogerlos mientras él le miraba. Además, Trump se refirió al trato como un “acuerdo con la Unión Europea”, cuando el país abandonó el bloque en 2020.
Carney frena la atención a Trump
Carney ejerció de anfitrión, pero las cámaras apuntaban en todo momento a Trump.
Antes del inicio formal del encuentro, en una comparecencia conjunta ante las cámaras, el estadounidense acaparó una rueda de prensa improvisada para hablar sobre Rusia o China e incluso criticar a su antecesor inmediato, el demócrata Joe Biden (2021-2025).
Carney cortó entonces esa sesión: “Voy a ejercer mi rol como presidente del G7 ya que tenemos unos minutos más con el presidente y su equipo y luego tenemos que empezar la reunión”, dijo imponiéndose.
Dedicatoria de Cristiano Ronaldo
El presidente del Consejo Europeo, António Costa, entregó a Trump una camiseta de su compatriota Cristiano Ronaldo con un guiño a la necesidad de “jugar en equipo”.
“Jugando por la paz. En equipo”, escribió el representante comunitario en X, donde acompañó su mensaje con tres fotografías, en una de las cuales se podía leer la dedicatoria de Ronaldo, que aludía también a ese juego “por la paz”.